Pensar en él se ha convertido en algo imprescindible para tí... una función casi involuntaria de tu metabolismo, como el latir del corazón...
Le has dicho tantas veces que le quieres... pero lo piensas y es como si decírselo no expresara por completo lo que sientes cuando estás a su lado, cuando le oyes, cuando le ves feliz...
Sensación extraña difícil de expresar, fácil de sentir...
Agradecida. Y nunca antes más que ahora, porque aunque sea él el que dice que es el que tiene que darte las gracias, sabes que se equivoca.
Él, cada día, te demuestra que vale la pena. Que vale la pena tener una vida, tu vida...Tan sólo porque las personas a las que siempre has apreciado permanecen a tu lado, cada día...
Afortunadamente él es una de ellas y le debes todo lo que eres hoy...
Ha conseguido que vuelvas a querer, y eso es lo más importante para ti, porque hasta ahora sólo has pretendido recibir, nunca dar...
Todos esos pequeños detalles que tiene contigo, aunque él no sea consciente de ellos, te hacen ser feliz...
Ahora estás segura de que si hay una sola buena persona en el mundo, tú has tenido la suerte de conocerla...
